El Khan Asparuj

Los albores del Estado Búlgaro guardan estrecha relación con el nombre de su progenitor, el Khan Asparuj.

La Alianza Tribal protobúlgara “Gran Bulgaria” establecida en tierras limítrofes al Mar de Azov, no tuvo una existencia prolongada. El Khan Kubrat legó a sus cinco hijos el sentido de la unión (la famosa “unión hace la fuerza”) simbolizada en el fajo de varas que, unidas, nadie pudo romper pero que, una a una, él mismo quebró.

Esta Alianza en unión no sería vencida, pero ellos no respetaron el legado paterno, aprovechando la desunión de los jazaros. Combatiendo contra éstos, Asparuj, el tercer hijo de Kubrat, se puso a la cabeza de su tribu y partió orientándose hacia el occidente, hacia las tierras aledañas al delta del Danubio, en busca de sitio para establecer un nuevo poblado.

Onglosa, el lugar donde a inicios de los años 70 del siglo VII se establecieron los protobúlgaros, tuvo que defenderse a sangre y fuego contra Bizancio y los jazaros, sus más poderosos y peligrosos enemigos.

Asparuj asestó pronto varios golpes sobre los dominios bizantinos en la Escita Menor (actual Dobrudzha). Comprometido en guerra contra los árabes, el imperio bizantino no pudo contraponer lucha a la invasión de los advenedizos.

Los protobúlgaros convirtieron las “tierras de Karvuna” en “tierra búlgara” (eran las áreas situadas entre el Danubio y el Mar Negro).

Para consolidar el Estado recién creado y delimitar sus fronteras, Asparuj ordenó la construcción del “gran muro”. Así surgió ese valladar que hasta hoy se conserva extendiéndose desde la aldea Cherna Voda hasta la ciudad de Konstanza.

Asparuj comprendía que solo en unión con los eslavos podría resistir el embate del poderoso imperio. Por esa razón uno de sus primeros pasos fue el de establecer alianza con ellos. Y muy oportunamente.

Habiéndose recuperado de las agotadoras guerras contra los árabes (672-678), Bizancio no pudo aguantar más el impertinente ultraje infligido por los “bárbaros” y decide ocuparse de sus fronteras septentrionales. El soberbio emperador Constantino IV Pogonato equipó un incontable ejército y, poniéndose a la cabeza, decidió darles personalmente una buena lección a los protobúlgaros de Asparuj. Una parte de las columnas bizantinas salieron por tierra mientras que la otra, encabezada por el propio emperador, fue trasladada por mar hacia la desembocadura del rio Istar (Danubio) arribando al poco tiempo.

Grande fue el asombro de las legiones bizantinas al detectar que las costas estaban completamente desiertas. No había rastro del enemigo. La táctica de Asparuj era simple y clara: esperar al enemigo, numéricamente superior, detrás de los muros de la fortaleza. Entre tanto, sus jinetes ligeros asestaban periódicos golpes inesperados en la retaguardia. El sitio duró mucho.

El desenlace se precipitó rápida y repentinamente. Según los cronistas bizantinos el emperador padecía de gota, se vio obligado a retirarse, zarpando hacia Mesembria con parte de sus naves. Enterados de la fuga, sus soldados se replegaron despavoridos. Precisamente esa era la hora de Asparuj: sus tropas mancomunadas con los eslavos lograron un triunfo completo.

Khan Asparuj. Autor Vasil Goranov
Khan Asparuj. Autor Vasil Goranov

Los protobúlgaros continuaron sus incursiones triunfales hacia el sur y cruzando el Danubio, llegaron hasta Varna, donde se establecieron. El brillante triunfo durante la primavera del año 680 anunció al mundo el nacimiento de un nuevo Estado: el Estado Bulgaria, que desde entonces lleva este nombre.

Ciudades y fortalezas de la llanura de Tracia fueron cediendo bajo el vigor y la espada de los soldados de Asparuj. Con la ayuda de los eslavos el khan asaltó las regiones bizantinas al sur de Stara Planina, causándoles grandes pérdidas y tomando centenares de soldados enemigos en cautiverio.

El emperador Constantino IV Pogonato se vio obligado a firmar un tratado de paz y, “para vergüenza de los bizantinos” consistió en pagarles un tributo anual. Así fue como reflejaron este hecho los analistas bizantinos. El año 681 se convirtió en el año inicial de los anales de un nuevo estado.

Con el fin de perpetuar este hecho, durante los siglos por orden del Khan, sobre una gran lápida de mármol fue cincelada una inscripción en idioma griego donde figuraban los nombres de los soberanos de su clan desde los tiempos remotos, hasta el suyo propio.

En el año 688 al Estado búlgaro se incorpora la tribu de los timochanos. No se mantienen ajenas a semejante intención las demás tribus eslavas de Tracia. El emperador Justiniano II reemprendió la guerra contra Asparuj y, una vez más, fracasó.

Al convencerse de su incapacidad de derrotar por la fuerza al nuevo Estado, los bizantinos se valieron de probadas intrigas diplomáticas. El oro bizantino instigó a los jazaros que atacaron a los búlgaros. A la cabeza de las fuerzas sale el propio Khan Asparuj y, en la batalla que tuvo lugar en las postrimerías del año 701 o 702, recibe valientemente la muerte, en las áreas del curso interior del rio Istar (Danubio).

Los búlgaros tienen un respeto sagrado hacia el Khan Asparuj y su gran obra (la fundación del Estado búlgaro). Tampoco olvidan los legados de su padre: de mantenerse unidos en los momentos cruciales, de conservar la conciencia nacional de quienes generosamente aportaron por el desarrollo de la historia europea.