Khan Omurtag
El Khan Omurtag sube al trono búlgaro en el año 814, sucediendo al Khan Krum. Su dominación se caracteriza tanto por importantes acontecimientos políticos y actos estatales que evidencian el vigor de Bulgaria, como por el fomento de la construcción durante esa época, expresión del grado de madurez del desarrollo del estado y la cultura búlgaros
Las construcciones de Omurtag en Pliska, Mádara, Preslav, y otros lugares por las áreas del valle del río Ticha (hoy Kamtchia) son erigidas obedeciendo a una conciencia de sucesión, tan magníficamente plasmada en la famosa inscripción de la iglesia “Los 40 Santos Mártires” de Tímovo, donde se lee:
“Yo, el gran Khan Omurtag, aun viviendo en mi vieja morada mandé erigir una suntuosa mansión en la orilla del Danubio y, midiendo el espacio entre ambas residencias preclaras, ordené la elevación de un túmulo, en el mismo centro. Desde el centro de túmulo hasta mi antiguo aúl (asentamiento) miden 25 “orguias” (medida antigua) y hasta el Danubio faltan diez mil “orguias”. El propio túmulo también es preclaro. Y al medir yo las tierras colocaron esta inscripción. Aunque viviese bien, uno muere y otro nace. Y que el que nazca después, al ver esta inscripción recuerde a quién lo hizo (el túmulo). El nombre del gran soberano es Omurtag, un gran Khan. Dios quiera que viva cien años”.
En el año 815 Omurtag cierra un pacto de paz por treinta años con el emperador bizantino León V. el pacto tenía por objeto el de establecer las fronteras entre Bulgaria y Bizancio a los efectos de garantizar la seguridad búlgara y las conquistas territoriales tras las victoriosas guerras de Krum. A partir de ese año Omurtag se dedica exclusivamente a actividades de construcción. Antes que nada, procede a la restauración de la capital Pliska, incendiada y arruinada por la invasión del emperador Nicéforo. Además, construye un nuevo palacio en las inmediaciones del Danubio y el túmulo anteriormente mencionado, sito entre el palacio y la capital.
En el año 822 se fundan los cimientos del palacio cerca del rio Ticha al que se refiere la inscripción cincelada en una lápida de mármol en las inmediaciones de la aldea de Chatalare: “Khan Omurtag, El Grande, es soberano por la voluntad de Dios en la tierra donde nació. Siguiendo en el campamento Pliska mandó levantar un palacio en las proximidades del río Ticha y trasladando sus tropas ahí, las acantonó frente a los griegos y los eslavos. Junto con el palacio tendió sobre el río un puente de magnifica construcción, adornado el palacio con cuatro columnas y entre ellas, dos leones de cobre. Dios quiera que el soberano por Él impuesto pisoteara con sus propios pies al emperador bizantino hasta tanto corran las aguas del Ticha…”.
Simultáneamente con estas actividades edificativas, Omurtag emprende también una serie de pasos conducentes a la centralización del estado, condicionado esto por sus aspiraciones de imponer totalmente su soberanía sobre todos los territorios búlgaros y consolidar el poder de los protobúlgaros minado por la penetración de la influencia cristiana en su Estado.
Entre los años 824 y 829 Omurtag emprende operaciones bélicas contra el imperio de Carlomagno en las áreas entre los ríos Sava y Drava, como también en Alta Panonia.
El soberano búlgaro no empaña la gloria militar de su padre, el Khan Krum.
Al igual que su antecesor, continúa ensanchando el ya vasto territorio búlgaro a expensas de las tierras occidentales posesión de los francos.
El “Jinete de Mádara” al este de la aldea Mádara, cerca de la ciudad de Shúmen también es de la época del Khan Omurtag. Este monumento que resistió los embates del tiempo evidencia la grandeza y la sagacidad del soberano búlgaro. La figura del jinete está tallada a 23 metros de altura sobre un tolmo altísimo, en dimensiones naturales. El jinete mantiene la marcha a la derecha, con una pata delantera del caballo en el aire. Detrás corre un perro de caza, y a sus pies yace un león lanceado, como si todo este milagro de la naturaleza y del imperecedero espíritu humano susurrara: “Aunque viviese bien, uno muere y otro nace. Que el que nazca, al ver esto, recuerde a aquel que lo hizo”.