El Rey Samuil
El pueblo búlgaro y el estado búlgaro han convivido muchos momentos notables, pero también muchas pruebas y esclavizaciones, como difícilmente haya otro pueblo en Europa.
En la lucha contra el Imperio Bizantino la victoria final fue de Bulgaria, pero este imperio causó inmensos sufrimientos al pueblo búlgaro.
El nombre del rey Samuil está relacionado con una de las más dramáticas épocas de la historia búlgara. Durante su reinado, Bizancio trató de destruir el Estado búlgaro y no se detuvo ante las crueldades más aberrantes para vencer el espíritu valioso de los búlgaros.
En la primavera del año 967 el emperador Nikifor comienza una campaña militar contra Bulgaria. El oro de Bizancio empuja al príncipe Svetoslav de Kiev a devastar las tierras búlgaras cercanas al Danubio, por dos veces consecutivas.
En esos difíciles años, en las tierras búlgaras del suroeste, los cuatro hijos del administrador de la Región de Sredetz (komit Nicola): David, Moisés, Aaron y Samuil, se constituyen como soberanos independientes y continuadores de la vida del estado búlgaro. Para que esté claro la posición de su continuidad, no solo de la vida política, sino también de la espiritual, aceptan al Patriarca Damian, que había huido de Preslav, dándole oportunidad para que continuase como cabeza de la iglesia búlgara.
El conflicto con Bizancio es inevitable y solo falta esperar el momento oportuno para comenzar con las actividades bélicas. Ese momento surge con la muerte del emperador Sojan Tzimisky, el día 11 de enero del año 976. El cronista bizantino Skilitza escribe al respecto: “los búlgaros se habían levantado y fueron asignados para gobernarlos los hermanos David, Moisés, Aaron y Samuil. Durante el conflicto militar cayeron David y Moisés.
Al trono de Bizancio se encarama Basilio II, quien muy pronto gana el sobrenombre de “el verdugo de los búlgaros”. El mismo empieza las negociaciones. Con Aaron, para firmar un tratado de paz separativo. Esto obliga a Samuil a recurrir al fratricidio para conservar el estado búlgaro y tratar de reconstruir su territorio anterior.
Después de 976, Samuil logra liberar las tierras búlgaras del nordeste. Con esto restablece este territorio a Bulgaria. Acerca de ello el cronista Skilitza dice: “así Samuil quedó como mandatario de toda Bulgaria… El venció muchas fortalezas, la principal de las cuales fue Larisa, cuyos habitantes fueron trasladados con todas sus familias hacia el interior de Bulgaria y usados contra los romeos (bizantinos)”.
La nueva reivindicación de Bulgaria obliga al emperador Basilio II a encarar nuevas actuaciones militares. Las luchas tienen éxito variado.
Varias veces los bizantinos son totalmente derrotados.
Durante casi 20 años, desde 986 a 1001, Samuil “tuvo largas guerras contra los griegos y los echó de todo el territorio búlgaro; así que durante su tiempo los griegos no se atrevieron a acercarse allí”, dice el cronista.
El cambio empieza en el año 1001, cuando las tropas romeas ocupan de nuevo el Gran Preslav y el Pequeño Preslav, como así también Pliska. La presión por parte de Basilio II atemoriza a algunos de los boyardos, los que no tardan en ponerse de parte del emperador.
En 1014, Basilio II encabezando grandes tropas comienza la campaña contra Samuil y penetra en el valle del río Strumitza. Allí debe detenerse ante una trinchera natural en la parte más estrecha del valle, cerca del pueblo Kluch. Todos los intentos de avance del enemigo encuentran resistencia obstinada por parte de los búlgaros.
Pero un destacamento logra aparecer por detrás de los defensores. Sorprendidos, los búlgaros son derrotados el día 29 de julio de 1014. Catorce mil soldados caen como rehenes; Samuil apenas logra salvarse. Basilio II supone que después de esta victoria no va a haber más lucha, pero se engaña. Los búlgaros, encabezados por el hijo de Samuil, Gavrail Radomir, destruyen totalmente un destacamento de los bizantinos. Esto enfureció a Basilio, quien ordena sacar los ojos de todos los rehenes, dejando un tuerto por cada cien soldados, para que les sirva de guía. Así son devueltos a su jefe. Al verlos, Samuil sufrió un fuerte impacto emocional y murió al poco tiempo.