La filarmónica de Sofía: Veselin Stoyanov
Presentamos al primero de los compositores cuyas obras van a escuchar en el concierto del 24 mayo:
Veselin Stoyanov (1902-1969)
Veselin Stoyanov nació el 20 de abril de 1902 en Shumen. Proviene de una familia de figuras culturales. Su padre Anastas Stoyanov fue uno de los primeros músicos búlgaros, y su hermano, el profesor Andrey Stoyanov (1890–1969), pianista, compositor y pedagogo, fue uno de los pioneros, fundadores de la escuela de piano búlgara.
Después del terminar su educación musical en Sofía, como alumno de su hermano, en 1926 Veselin Stoyanov partió a Viena para especializarse. Allí ingreso en la Academia de Música y Arte Dramático de Viena, donde estudió piano con Víctor Ebenstein, composición con Franz Schmid y orquestación con Wunderer; también estudió piano de forma privada con Paul de Cohn. Aquí mostró brillantes dotes de pianista y escribió sus primeras obras valiosas.
Veselin Stoyanov es un representante de los así llamados Compositores búlgaros de “segunda generación”, uno de los fundadores de la Sociedad de Compositores Búlgaros “Música Contemporánea» en 1933.
Después de regresar a Bulgaria trabajó como profesor privado de piano y teoría musical y dio conciertos como pianista y director (1931- 37). Desde 1937 ha estado enseñando disciplinas teórico-musicales en la Academia Estatal de Música.

Desde 1945 fue profesor de composición y formas musicales, decano de la facultad teórica (1952) y rector (1956-62). Director de la Ópera de Sofía (1953-54).
Aunque escribió en diferentes géneros, su actitud es ante todo con pensamiento instrumental y sinfonía dramatúrgicamente desarrollada, realizada mediante el uso de la técnica leitmotiv, rica armonía y suntuosidad, a menudo exótica como orquestación sonora.
Buscando su enfoque para lograr la sonoridad nacional, entrelaza (incrustaciones) melodías y ritmos en estilo folk, sin utilizar patrones originales.
Veselin Stoyanov es autor de 3 óperas, ballets, operetas; de música sinfónica y de cámara; 3 conciertos para piano y orquesta; canciones corales, solistas y masivas; música de cine, etc. Varias de sus obras se han establecido como ejemplos de la música búlgara en el escenario mundial. Entre ellos se encuentra la grotesca suite «Bay Ganio» de Al. Konstantinov (1941), Rhapsodia (1956) y Festive Overture (1959), que se encuentran entre las obras búlgaras más queridas.