Guena Dimitrova, una voz única
Guena Dimitrova nació el 6 de mayo de 1941 en el pueblo de Beglezh (región de Pleven). Comenzó a cantar ópera en la escuela secundaria. Su deseo de estudiar música fue tan fuerte que no obstante el desacuerdo de su padre llegó a Sofía y se presentó al examen del ingreso al Conservatorio, interpretando la canción folclórica «Hey Balkan, ti roden nash». Inmediatamente fue admitida.
La vida en Sofía, sin embargo, no fue fácil para ella. Para sostenerse, la joven Gena tuvo que lavar los platos en el comedor del Conservatorio. Se graduó de la Academia Estatal de Música en 1964 con el principal pedagogo vocal Hristo Brumbarov, quien pronuncia el notorio “Ésta es una voz que nace una vez cada 100 años”

Guena Dimitrova es una de las cantantes búlgaras más importantes en el escenario mundial. Es la única cantante del mundo que durante décadas cantó las partes más difíciles de Abigail, Lady Macbeth, Mona Lisa, Turandot. Ha estrenado las temporadas del Teatro de Milán en tres ocasiones: como Turandot en la ópera homónima de Puccini, como Amneris en Aida de Verdi y Abigail en Nabucco de Verdi.
El 27 de junio de 1987, la cantante fue galardonada en la ciudad natal de Giuseppe Verdi – Busseto con el Premio Golden Verdi por sus interpretaciones de las heroínas de las óperas de Verdi. Hasta Gena, este premio se había otorgado solo a cantantes italianos. La búlgara es reconocida como una de las mejores cantantes de Verdi de todos los tiempos.
El 13 de mayo de 1983 fue su debut triunfal en Nueva York en el Carnegie Hall con Abigail en Nabucco de Verdi. En la temporada 1983/1984, fue nombrada mejor intérprete en La Scala y recibió el Premio Giacomo Puccini a la excelencia en la interpretación de los personajes centrales de las óperas de Puccini. El mismo año fue galardonada con el premio «Parensov» de la dirección de «La Scala» al espectáculo más exitoso.
Entre 1975 y 1979 visitó todos años la Argentina y cosechó grandes éxitos en el escenario del Teatro Colón.

En 1996 Guena Dimitrova recibió la Orden Stara Planina, primer grado, muy alto reconocimiento que el gobierno búlgaro otorga a las personas de grandes méritos en el campo de la cultura. El 19 de noviembre de 1996 fue nombrada miembro honorario de la Ópera de Sofía, con motivo de sus 30 años de actividad escénica. El 31 de enero de 1997 recibió el premio «Kristalna lira» (Lira de cristal), otorgado por primera vez por la Unión de Figuras de la Música y la Danza Búlgaras.
La naturaleza la había dotado de una voz poderosa y «sobrenatural»: una soprano dramática. Y más, con sensual adicción al trabajo y deseo de perfección.
En su vida personal, experimentó una gran pérdida de un ser querido: su esposo Georgi Stoykov murió en un accidente automovilístico, a quien siguió llorando el resto de su vida. Guena estaba en Birmingham cuando se enteró de la muerte de Giorgio por el periódico Corriere della Sera. Pavarotti la llamó por teléfono desde Nueva York: «¡Vete ahora! ¡Solo el escenario te salvará!».
En 2005 le diagnosticaron cáncer. Escondiendo la enfermedad a familiares, colegas y amigos, fue a Milán para recibir tratamiento y les dijo a sus colegas que regresaría, pero nunca sucedió. Guena Dimitrova perdió la batalla contra la enfermedad el 11 de junio de 2005.