Un poco de historia

En la antigüedad los tracios habitaban las tierras de la actual Bulgaria. Ellos se dividían en varias tribus y alrededor del año 480 AC el rey Teres I los unió en el reino llamado Odrisio, que llegó a su auge durante el reinado de Sitalk y Kotis I.

Tracia había sido conquistada por Filipo II de Macedonia y su hijo Alejandro Magno, pero recuperó su independencia en la época del Sevt III.

En el siglo III AC en las tierras tracias hubo un reino celta, con capital en Tilis (hoy día Tulovo, cerca de Kazanlak en el centro de Bulgaria)

En el siglo II AC los romanos invadieron las tierras de Tracia. La guerra se prolongó hasta el año 46AC, cuando Tracia se convirtió en una provincia del Imperio Romano.

Dionisio, el Dios del Vino, venerado por helenos y romanos, Orfeo, el gran cantante de la antigüedad y Espartaco, destacado luchador, están entre los héroes tracios míticos e históricos.

Aunque los tracios no han dejado testimonios escritos, su herencia está guardada en numerosos lugares, sepultados con tesoros, que descubren una sorprendente civilización de gentes que evidentemente habían sido mucho más desarrollados que “los guerreros salvajes y sangrientos” que describe Heródoto.

En Bulgaria hay más de 60.000 túmulos que contienen alrededor 2.000 objetos arqueológicos que todavía ni están investigados.

La tumba tracia de Pomorie

Unos de los más importantes monumentos de la época de los tracios son las tumbas de Sveshtari y Kazankak, el Mausoleo de Starocel, la ciudad Sevtopolis y los templos en Tatul y Perperikon. Así también más de 80 tesoros de oro fueron encontrados en las tierras búlgaras, incluyendo los mundialmente conocidos tesoros de Panaguiurishte, Rogozen y Valchi Tran.

La mayoría de los tesoros de oro datan de siglos V y IV AC. Aunque el tesoro de oro de Varna es de la época anterior a los tracios y data de alrededor de 4.500 años antes de Cristo y es el oro elaborado más antiguo en el mundo.

Muchos objetos, incluyendo la máscara de oro del Rey Teres, fueron hallados en el Valle de las Rosas, en Bulgaria central, entre las montañas Stara Planina y Sredna Gora. El valle se conoce también como “Valle de los reyes tracios”.

Durante la gran invasión indoeuropea a la Península de los Balcanes llegaron muchas tribus: celtas, germanos, búlgaros, hunos, eslavos. Algunos se quedaron por algún tiempo y otros se establecieron uniéndose a la población existente.

En particular en la mitad del siglo IV DC un contingente de godos se estableció en la región de Nicopolis ad Istrum (hoy pueblo Nikiup cerca de Velico Tarnovo), donde su caudillo, el arzobispo Vulfila, creó el alfabeto godo y tradujo la Biblia al godo, que es el primer libro en idioma germano.

Se considera que los mismos búlgaros antiguos tienen origen mixto. En un principio de Irán de este (que los hace ‘primos’ de los afganos e iraníes contemporáneos) y posteriormente influencia hugro-fina y tiurksko. Ellos vinieron a Europa de su patria antigua, el Reino Balhara situado en la región de la montaña Imeon (hoy Hindukush en el norte de Afganistán) y construyeron sus “ciudades de piedra” en el Cáucaso del norte.

Según la crónica del siglo VII DC “Nómina de los gobernantes búlgaros” el temprano estado búlgaro en Europa había sido fundado por el khan Avitohol en el año 165. Pero poco antes de Cristo algunos búlgaros emigraron del Cáucaso a la vecina Armenia y fundaron el Principado Vanand, dejando presencia documentada durante algunos siglos en la historia de Armenia.

En los siglos IV-VII DC los búlgaros atacaban Europa Central y Europa del Este y obtuvieron fama de terribles guerreros que respetaban la ley y la justicia.

En el siglo VII DC se establecieron en Italia, Bavaria, Panonia (hoy Hungría), Macedonia y Bulgaria del Volga (hoy Chuvasia, Tartaristán, Samara y algunos territorios rusos). Tesoros de oro búlgaros de esta época fueron encontrados en Nadcentmiklosh (Hungría), Vrap (Albania) y Mala Pereshchepina (Urania) que es el último de los cuales es el tesoro del sepulcro del Khan Kubrat

Pliska, primera capital

En el año 632 DC el Khan Kubrat unificó la mayoría de las tierras búlgaras, en un estado independiente: Gran Bulgaria (en las crónicas romanas “Antigua Gran Bulgaria”) que estaba situada al norte del Mar Negro y con límites con los Cárpatos, Cáucaso y rio Volga. El Imperio romano del este (llamado Bizantino por los historiadores contemporáneos) reconoce el nuevo estado en el año 635.

El sucesor del khan Kubrat, el Khan Asparuj agrandó a Gran Bulgaria en la Península de los Balcanes conquistando territorios Bizantinos en Moesia y Skitia menor (las tierras entre Stara Planina, Danubio y Mar Negro).

La celebración de convenio de paz con el Imperio Bizantino en el año 681 y la fundación de la nueva Capital Pliska al sur del Danubio de considera el inicio del Primer reino búlgaro.

Mapa de Bulgaria: entre los años 681 al 707 Khan Asparuj
Mapa de Bulgaria: entre los años 705 al 814 Khan Tervel

A principios del siglo VIII los árabes intentaron invadir Europa a través de los Balcanes, pero fueron derrotados por las fuerzas unidas del khan búlgaro Tervel y el emperador bizantino León III en el año 717-18. Esta victoria fue un punto crucial en la historia de Europa porque puso fin a la invasión musulmana por 600 años hasta el siglo XIV.

En el año 809 Khan Krum conquistó Serdika (actual Sofia, Capital de Bulgaria) y el valle del río Struma que permitió que el estado búlgaro en Macedonia, formado en el año 685 por el khan Kuber, se uniera con el Primer Reino Búlgaro.

En Europa central el estado de khan Krum limitaba con el Imperio Franco de Carlomagno. Este proceso de consolidar Bulgaria como uno de los principales estados en Europa en la Edad Media iba paralelamente con el proceso de la fusión de los búlgaros con las tribus eslavas, tracios y otras poblaciones locales.

Los búlgaros aportaron su cultura estatal y el idioma común se desarrolló en base al idioma eslavo ya que era el lenguaje que la mayoría conocía, en particular los búlgaros que habían convivido con los eslavos en la Gran Bulgaria.

La formación de la nueva nacionalidad búlgara había concluido con el acto de convertirse en un país cristiano en el año 865, que aseguró una religión estatal en común.

Con la creación de Gran Bulgaria y el Primer reino búlgaro, los búlgaros introdujeron un nuevo modelo de construcción de estado nacional en Europa de Este. Hasta entonces el Imperio multinacional Bizantino pretendía la exclusividad como la única proyección terrestre del Reino Celestial. Sin embargo, siguiendo su larga trayectoria estatal, negaron estas pretensiones y crearon su propio estado, que sobrevivió en todos los altibajos posteriores de la historia.

Bulgaria no solo rompe con el “monopolio político” del Imperio Bizantino en Europa del Este, sino también rompe con el monopolio de que el latín, el griego y el hebreo sean las únicas “lenguas sagradas” de la cristiandad.

Junto con la introducción de la religión cristiana como oficial, conjunta con el Imperio Bizantino y Roma, el Príncipe Boris I se aseguró que el Papa, así como también el Patriarca bizantino, aceptasen que en Bulgaria las iglesias prediquen en la lengua hablada en el país.

En Europa occidental los libros sagrados fueron accesibles para la gente común mucho más tarde con la traducción de la Biblia al idioma alemán en el año 1534 por Martin Lutero y la versión en inglés de King James del año 1611.

El Príncipe Boris I encarga la creación de dos escuelas superiores en Preslav, dirigida por el Santo Nahum y en Ohrid por el Santo Clemente de Ohrid, los dos discípulos de los hermanos Cirilo y Metodio.

En estos centros de traducían del griego al búlgaro y se copiaban los libros litúrgicos. Se preparaban sacerdotes para las 20.000 iglesias que había en el país.

Así en el siglo IX-X y sobre todo durante el así llamado “Siglo de oro de la cultura búlgara” durante el reinado de Boris y de su hijo Simeón el Grande, Bulgaria se convirtió en la cuna del alfabeto cirílico y la cultura búlgara-eslava, que en los siguientes siglos se propagó a Bizancio, Serbia, Bosnia, Croacia, Transilvania y Moldavia, como también la Rus de Kiev y el Principado de Moscú (antecesores de Rusia, Ucrania y Bielorrusia).

Preslav, segunda capital

Después de un periodo de dominio bizantino, desde el año 1018 hasta 1165, Bulgaria recuperó su independencia y el papel de importante fuerza en la región, compitiendo con el Reino de Hungría y el Imperio Bizantino que por su parte estaba dominado por los cruzados del Imperio Latino entre 1204 y 1261.

Bulgaria se expandía entre el Mar Negro, el Mar Egeo, el Mar Adriático, Bosnia, Hungría y los Cárpatos.

El Segundo Reino Búlgaro prosperó durante el reinado del Rey Kaloyan y sus sucesores Iván-Assen II y Svetoslav Terter. En la época de Iván Alexander goza el renacimiento de la cultura, conocido como “Segundo siglo de oro de la cultura búlgara”. La Capital, Tarnovo, se convirtió en el centro político, económico, cultural y religioso considerado la “Tercera Roma” a diferencia de la decadencia de Constantinopla después de perder territorio en Asia Menor que los turcos conquistaron en el siglo XI.

Tzarevetz, Tarnovo, tercera capital

Se construyeron muchos monasterios e iglesias y se renovaron las existentes, floreció la literatura y los pintores búlgaros empezaron a crear imágenes reales, como las que se encuentran en la Iglesia de Boyana de Sofía, en la mitad del siglo XIII, mucho antes que Giotto en el Renacimiento italiano temprano.

La historia de los Balcanes obtiene nuevos rumbos después de la invasión otomana, facilitada por el fraccionamiento feudal de fines del siglo XIV. En particular Bulgaria estaba dividida en Reino de Tarnovo, Reino de Vidin, Principado de Dobrudzha, los principados vasallos de Valaquia y Moldavia (siguieron autónomos dentro del Imperio Otomano) y algunos dominios feudales más chicos en Macedonia.

El último estado búlgaro en caer fue el Reino de Vidin en el año 1422. Durante casi cinco siglos los búlgaros lucharon contra el dominio otomano como Jayduti (guerrilleros) o levantados. Las intenciones de liberación comprenden los Levantamientos de Veliko-Tarnovo en los años 1598, 1686 y 1835, de Chiprovtzhi en el 1688, de Karposhevo en el año 1689, los levantamientos de Nish en los años 1737 y 1835, de Vidin en 1850, entre otros.

El Imperio Otomano trataba a los búlgaros como ciudadanos de segunda que tenían que pagar más altos impuestos que los musulmanes. No obstante, la opresión y el ahínco búlgaro de independencia, los búlgaros y los turcos que vivían en Bulgaria lograron establecer la convivencia, aunque había casos de violencia manifiesta. El líder del movimiento búlgaro de independencia y héroe nacional Vasil Levski decía que su lucha era por “una República limpia y sagrada” donde “búlgaros, turcos, judíos y otros” gozarán de igualdad.

Los siglos XVIII y XIX conocidos como “Renacimiento” son periodos de ascenso económico y cultural en las tierras búlgaras.

Los búlgaros eran emprendedores y trabajadores, vendían sus trabajos artesanales e industriales en los mercados del Imperio y compraban tierras que fueron la base de la agricultura familiar. También se había formado en forma autónoma un sistema búlgaro de educación, en un principio en las iglesias, que enseñaban alfabetización básica y más tarde bien organizadas escuelas laicas. Se abrieron “chitalishta” típica forma búlgara de casa de cultura y educación.

En el plano geopolítico los búlgaros estaban en una situación no favorable en cuanto a los otros pueblos de los Balcanes que intentaban liberarse del yugo otomano. Ubicados en el centro de la Península Balcánica, con frontera al sureste cerca de Estambul, la Capital del Imperio, evidentemente eran las últimas que el Imperio Otomano estaba dispuesto de perder.

Además, las pretensiones territoriales de algunas grandes potencias europeas no fueron favorables para los intereses de Bulgaria. Los británicos se apropiaron de la isla Chipre, Italia anexo las Islas de Dodecaneso, Austro-Hungría poseía Transilvania y la anexada Bosnia. Rusia conquistó Moldavia del Este (Besarabia y Budzhak) y con esto quitó la posibilidad que Rumania tenga una salida al Mar Negro al norte del Danubio, ofreciendo en cambio acceso en Dobrudzha, en tierras búlgaras. Así Grecia, Serbia y Rumania estaban motivadas para buscar una ampliación en tierras de población étnica búlgara predominante. Además, Gran Bretaña y otras fuerzas de Europa del oeste no aprobaban la reconstrucción de un gran país búlgaro temiendo que podría servir a los intereses de Rusia de apoderarse de regiones estratégicas del Mar Negro.

La emancipación política de los búlgaros del Imperio Otomano empezó con la liberación de la iglesia búlgara de su dependencia del Patriarcado griego en Constantinopla. Esto se realizó con la creación del Exarcado búlgaro en el año 1870 por disposición del Sultán y abarcaba todas las diócesis búlgaras del imperio, en particular las diócesis de Skopie y Ohride se sumaron después de un plebiscito con 90% de los votos a favor. Las diócesis tuvieron importante papel en estimular a los intereses búlgaros, la conciencia nacional y la educación.

Mapa de Bulgaria en el año 1878 Tratado de Paz de San Stefano

Un paso decisivo hacia la independencia de Bulgaria fue el Levantamiento de Abril del año 1876, aplastado muy ferozmente. Las noticias de las atrocidades llegaron a toda Europa. La consecuencia fue la Conferencia de Constantinopla con la participación de las grandes potencias de Europa en aquellos años: Gran Bretaña, Alemania, Austria-Hungría, Francia, Italia y Rusia. La Conferencia determinó que en la segunda mitad del siglo XIX el territorio étnico búlgaro abarcaba al suroeste hasta Tulcha y el delta del Danubio, hasta Ohrid y Kostur al suroeste, Lozengrad y Edrine al suroeste y Leskovetz y Nish al noroeste. Las grandes potencias también decidieron detalladamente el modo de gobernar estos territorios que se tenían que dividir en dos provincias búlgaras autónomas dentro del Imperio Otomano: Del este con capital en Tarnovo y del oeste con capital en Sofía.

El levantamiento de abril fue aplastado

El gobierno Otomano se negó a cumplir lo acordado por la Conferencia de Constantinopla y la consecuencia fue la Guerra Ruso -turca del año 1877/78 que terminó con una catástrofe para Turquía. El 3 de marzo de 1878 en San Stefano se celebró el tratado preliminar de paz entre los dos Imperios, el ruso y el Otomano, que reestablecía el Estado Búlgaro. (Por eso el 3 de marzo es la fecha patria del país).

Sin embargo el Congreso de Berlín que se lleva a cabo posteriormente revisa las condiciones del tratado de San Stefano, postergando la decisión definitiva y con esto crea una caja de Pandora con sus futuros conflictos. En particular la población búlgara la habían dividido en cinco partes: la actual parte norte de Bulgaria y la región de Sofía formaban casi independientemente el principado de Bulgaria, Tracia del norte quedaba como provincia autónoma otomana, Rumelia del este con capital en Plóvdiv, las tierra búlgaras en Macedonia y Tracia del sur seguían bajo dominio otomano, el valle de Morava Búlgara (o sureña) había sido otorgado a Serbia y Dobrudzha del norte a Rumania.

La lucha por la unión de Bulgaria es el punto de la doctrina nacional búlgara hasta la mitad del siglo XX y comprende diplomacia, resistencia organizada, un importante levantamiento y cinco guerras en el marco de sesenta años. Esta lucha fue exitosa aunque parcial y con un precio muy alto, pérdida de 140000 soldados y oficiales solo en la Guerra de los Balcanes 1912/13 y la Primera Guerra Mundial. Miles de búlgaros étnicos abandonaron sus hogares y se mudaron a Bulgaria libre, sobre todo después del Levantamiento de Ilinden Preobrazhenie en el año 1903, desde Macedonia y Tracia, dominados por los turcos (120000 refugiados) después de las Guerras de los Balcanes 1912/1923 y la Primera guerra mundial (350000) y en el año 1940 (67000) desde Dobrudzha del norte. En dirección contraria turcos y griegos étnicos emigran respectivamente a Turquía y a Grecia.

Más de medio millón de refugiados de Tracia

Después de la Unión con Rumelia del este y la victoriosa guerra con Serbia en el año 1885, el Principado de Bulgaria es declarado en el año 1908 como Reino independiente. El país tiene un papel militar principal en los Balcanes en las guerras que suceden en las siguientes décadas.

La Primera guerra de los Balcanes en los años 1912/1913 es seguida inmediatamente por la Segunda guerra de los Balcanes (entre los aliados). En la Primera Guerra, Bulgaria, Serbia, Grecia y Montenegro vencen a Turquía, en la Segunda, Bulgaria pierde contra Grecia, Serbia, Montenegro, Turquía y Rumania. Como consecuencia de estas dos guerras los territorios turcos Macedonia de Pirin, los Rodopes y la Costa mediterránea entre los ríos Mesta y Maritza son cedidas a Bulgaria que por su parte cede Dobrudzha de sur a Rumania.

En la Primera Guerra Mundial Bulgaria participó al lado de las Potencias Centrales. El esfuerzo militar fue enorme, con una población de 4,5 millones, Bulgaria formó un ejército de 885 000 hombres. Aunque tiene superioridad en las batallas contra las armadas de Gran Bretaña, Francia, Rusia, Rumania, Serbia y Grecia, el país no puede contar con el éxito después que sus aliados Alemania y Austria-Hungría disminuyen los esfuerzos en el frente de los Balcanes en el año 1918. La derrota lleva a la pérdida de Tzaribrod, Bosilegrad y Strumitza que fueron entregados a Serbia y la costa búlgara del Mediterráneo a Grecia. En el año 1940 siguió otro cambio de fronteras, después de negociaciones con Rumania Bulgaria recuperó Dobrudzha del sur.

Tratado de Paz de Londres

En la Segunda Guerra Mundial Bulgaria de nuevo se encontró al lado de Alemania, elección que tiene que ver más bien con el mal menor que con pretensiones territoriales. El país no envió tropas al frente del este, pero colaboró con la invasión alemana a Yugoslavia y Grecia y recibió el mando de un territorio con superficie de 42466 km2 y 1,9 millones de habitantes, que abarca la Costa Mediterránea entre el rio Struma y la bahía Enos, Macedonia de Vardar (actualmente República Macedonia del norte) salvo algunas partes del oeste con predominante población étnica de albaneses que fueron otorgadas a Italia; y parte del valle del río Morava en Serbia. En estos territorios la administración búlgara actuó en los años 1941/44. Se otorgó ciudadanía búlgara a todos los habitantes de etnia búlgara (2/3 de la población) y a todos los que lo desearon.

Sin embargo los judíos no obtuvieron este derecho, ya que la política nazi era de su aniquilación: 11363 de ellos fueron deportados. Hitler ejerció una fuerte presión al rey búlgaro Boris III para que se deporten a Alemania los 50 000 judíos de Bulgaria. El rey Boris III se negó apoyado por la Asamblea General, la Iglesia ortodoxa y la sociedad búlgara. Los judíos de Bulgaria quedaron a salvo y después de la guerra muchos de ellos emigraron a Israel.

Bulgaria suministró algunas divisiones para la ocupación de territorios griegos y serbios que estaban directamente bajo el mando alemán y de este modo desocupaban tropas para el frente. En el mes de diciembre del 1941 Bulgaria declaró guerra a Gran Bretaña y a EE. UU. (pero no a Rusia). Las acciones militares se limitaron a batallas aéreas, 168 poblaciones búlgaras fueron bombardeadas, 2434 edificios fueron destruidos, 1290 búlgaros fueron víctimas y 117 aviones de los aliados son derribados. Poco antes del fin de la Segunda Guerra mundial Bulgaria cambió de bando y las tropas búlgaras llegaron a Austria persiguiendo a los nazis, perdiendo 30.000 efectivos.

Las tropas de la Unión Soviética entraron a Bulgaria en el mes de septiembre de 1944 y fomentaron el cambio del régimen que puso al país dentro de la órbita soviética, que fue consentido en el acuerdo entre Stalin y Churchill por la división de los Balcanes.

En pocos años el país pasó de la monarquía a ser una “República Popular”, las industrias fueron nacionalizadas y el poder político quedó en manos del Partido Comunista. En el año 1954 Todor Zhivkov asumió el liderazgo del partido (y también del estado) y quedó en el poder hasta el final del proyecto comunista en el año 1989.

En un principio se notó un progreso en la economía, la salud y la educación, pero a fines de la década del 70 del siglo pasado el sistema comunista llegó al límite de sus posibilidades y se derrumbó en Bulgaria como en el resto de Europa del este y la URRS.

Las últimas décadas son un periodo de vuelta a la democracia y al mercado libre, que se realiza en el contexto de la integración Atlántica y Europea. Bulgaria integra la NATO desde el año 2004 y la Unión Europea desde el 2007.