Costumbres previas a la Cuaresma
Sirni Zagovezni
Este día es conocido también como Sirni pokladi, Sirnitza, Prochka, Proshchani poduladi. Se festeja el domingo siguiente después del Mesni zagovezni. Este día empieza la cuaresma más larga, hasta la Pascua.
Durante el día los más jóvenes visitan a sus padres, padrinos y parientes. Llevan banitza y vino, al entrar a la casa besan la mano y piden perdón a los mayores por cualquier ofensa que haya cometido durante el año. La respuesta obligatoria era: «Que se te sea perdonado».
Es costumbre antes de la cena prender fuego. Lo encienden muchachos y hombres jóvenes. Cuando el fuego disminuye saltan por encima. Esto se acompaña con versitos, muchas veces subidos de tono. Las creencias populares consideraban que esto ahuyentaba a las pulgas. Trataban de que el fuego sea muy alto, porque hasta donde llegaba, no iba haber granizos en verano.
En algunas regiones cerca de Sofia y de Kiustenfil en vez de fuego enciendan paja en la punta partida de un palo y la voltean alrededor. En algunas partes de Dobrudzha, Tracia y los Rodopes los jóvenes tiran hacia el pueblo flechas de madera encendidas, expresando augurios de salud y abundancia. En algunos pueblos encienden un canasto lleno de paja, pero siempre en un lugar alto para que ilumine hasta lejos.
Otra costumbre tradicional es jamkane s jalva. Después de la cena de comida tradicional, en el cielorraso se ata, con un hilo, un pedazo de turrón y después un huevo duro pelado. Todos tratan de agarrarlos con la boca sin usar las manos. Se consideraba que, aunque uno solo toco el turrón con la boca, ya es buena señal. Después de este ritual, se incendiaba el hilo y según como ardía los mayores adivinaban como sería el año. Si en la casa había jóvenes casamenteros y el hilo se prendía enseguida, se avecinaba una boda, si termina de quemarse rápido habrá mucho trigo; si ardía muy lento era mala señal. En tanto las cáscaras del huevo se tiraban a las gallinas para que pongan más huevos.
Desde este día y hasta la Pascua estaban prohibidas las bodas y los compromisos.
En algunas partes de Tracia del este, los Rodopes y Dobrudzha, se realizan juegos de kukeri. Los kukeri son grupos de hombres jóvenes, vestidos con pellizas puestas al revés, máscaras en la cabeza, campanas en la cintura y falos de madera en la mano. Llevan un palo con un pañuelo atado en la punta y sables de madera. Cada grupo tiene un ‘jadzhia‘ (peregrino) y ‘baba’ (abuela), los hombres vestidos con trapos y con un «bebe» hecho de trapos. También hay un tzar (rey) y dos o cuatro ‘jarachari’.

Llevaban cadenas y cuando recorrían atrapaban gente que «no ha pagado sus impuestos». Los kukeri visitaban todas las casas, deseando salud y bienestar, ahuyentando a las fuerzas malignas, representando escenas cómicas: con los falos de madera «perseguían» a las mujeres infértiles. Al final recibían regalos de los dueños: comida.
Después de recorrer todas las casas los kukeri se juntaban en la plaza del pueblo. El tzar, buen agricultor o padre del primer hijo varón, enganchaba en un arado a los kukeri y simbólicamente hacía tres círculos representando la siembra. En algunos lugares, subido en el arado, repartía justicia; públicamente anunciaba a alguien que ha mentido, robado o no ha ayudado en un momento difícil.
Es una pocas de las costumbres búlgaras que han quedado de los tiempos paganos.