Costumbres: Veneración al patriarca Eutimio
Petliovden
Se celebra el 20 de enero o el 2 de febrero
Petliovden (Día del gallo) conocido también como Petlarovden. Ese día la Iglesia ortodoxa venera al patriarca Eutimio (Evtimii) de Tarnovo, el último supremo de la Iglesia ortodoxa búlgara, antes de la caída bajo el yugo otomano.
La costumbre de ese día es descabezar un gallo en cada casa donde hay en varón o una gallina joven en las casas donde hay solo niñas. Con la sangre del ave la madre hace una cruz en la frente del hijo para que sea fuerte y sano. Se cocinan tres platos distintos de gallo y se convidan a los vecinos. Se guardaban las plumas del gallo para curar enfermedades.
Petliovden se relaciona con la leyenda del rey Iros que había ordenado decapitar a todos los varones, para que también muera Cristo. Las creencias populares consideran este día como una fiesta de sobrevivencia y perseverancia de la fuerza masculina.

Otra leyenda cuenta que durante los siglos del yugo otomano los opresores se llevaban los niños búlgaros y los convertían en enicheri, una de las partes más tristes de la historia búlgara. Cada 3 o 5 años grupos del ejército turco pasaban casa por casa y se llevaban chicos sanos de entre 7 y 10 años, muchas veces de 5 o 6 años y los llevaban con familias turcas donde los convertían al Islam, los educaban como turcos y sobre todo les inculcaban la obediencia al sultán. En la casa de donde se llevaban a un chico, le ponían una marca de sangre en la puerta. Según la leyenda una madre búlgara había degollado un gallo y marcado la puerta con su sangre. Al ver la marca, los turcos siguieron de largo.